lunes, 25 de enero de 2016

Los beneficios de correr despacio

Pues como ya adelantaba en la crónica de la Carrera Popular de Alhaurín, no me encuentro con buenas sensaciones cuando intento correr, o cuando intento forzar un poco la máquina. De hecho, ni siquiera consigo forzarla, es una sensación de que el cuerpo "no da para más" a pesar de que vaya a ritmos muy llevaderos.

Hasta ahora se lo venía achacando a que necesitaba recuperarme del maratón, que había llegado a la última fase del plan de entrenamientos muy cansado y estaba pagando un poco el haberme aventurado a debutar en los 42,195 el mismo año que empezaba a correr. Que en parte, es un motivo, la recuperación tiene que venir despacito.

Pero ya ha pasado más de mes y medio, físicamente me encuentro bien (no tengo dolores ni molestias en las piernas; alguna vez aislada los tibiales, pero nada preocupante), y mentalmente tengo muchísimas ganas de correr y experimentar nuevos terrenos. Y enlazando esto, con otros aspectos en los que me estoy sintiendo raro en mi vida cotidiana, y pequeños percances que me están ocurriendo, es cuando ya definitivamente he tenido que sospechar que había "algo más".

El otro día fui al médico y hoy me han hecho la extracción para una analítica completa. El viernes tendré los resultados y podré comprobar si mis sospechas son ciertas. Y mi sospechosa no es otra que una tal "anemia ferropénica", ¿por qué? Pues porque de la siguiente lista de síntomas, cumplo en las últimas semanas al menos con 10 de ellos (y 2 ó 3 los vengo sintiendo ya desde noviembre, coincidiendo con esa fase final del plan de entrenamiento del maratón):

Mientras tanto, ayer encontré por fin la paz, y la solución para poder seguir practicando mi deporte favorito: correr despacio. El jueves había salido yo solo por la noche a intentar correr unos 10 kms de manera progresiva (de menos a mas), y la sensación fue bastante mala; a pesar de no llevar un ritmo muy vivo precisamente (la media salió a 5:43), a los 5 kms estaba ya agotado, y tuve que parar definitivamente antes de llegar a los 9 kms. ¿Pero qué me pasa??? Después de reflexionar un poco, cambié mi actitud y lo vi claro. Ayer por la mañana salí un rato a correr acompañado por Bart. La mañana era soleada, en un entorno donde es muy agradable salir a dar una vuelta, y empezamos a correr sin ningún plan en especial, simplemente a disfrutar sin mirar el reloj ni preocuparnos por cuántos kms íbamos a hacer, lo que salga. Y corriendo despacito, charlando, poco a poco, echamos una mañana estupenda, y las sensaciones al terminar eran inmejorables! Qué gustazo! Salieron 8,91 kms a una media de 6:13. Mi pulso se mantuvo entre las 145 y las 150 ppm todo el rato (un poco altas para esos ritmos de carrera, pero es uno de los síntomas de la lista anterior), y solamente "me solté" en un pequeño esprint (no más de 150 metros) que hice al terminar (para intentar subir el pulso, que no superó las 160 ppm). Y eso es lo que pienso hacer en las próximas 2 ó 3 semanas, calma absoluta! Me encanta este deporte!



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