viernes, 26 de febrero de 2016

Pues sí, sí que era #cuestiondeFe

Ayer ya salieron los resultados de la analítica de control de las 4 semanas. Suponía que los niveles iban a salir un poco mejor (que la hemoglobina hubiera subido de 8 que estaba, a 11 por ejemplo) porque ya no me asfixio subiendo las escaleras, no tengo mareos, no se me quedan frías las manos, no estoy pálido, etc.
Bueno, pues me he llevado una muy grata sorpresa! La hemoglobina está en 13,2 (rango normal: 13 a 17,50); y la ferritina está en 53,40 (rango normal: 20 a 425). Así que, aunque sigan algo bajos, están dentro del rango normal. Hay otros valores que salen un pelín alterados todavía, pero muy poco. Y el tratamiento con las pastillas de sulfato ferroso lo tendré que continuar durante unos meses, principalmente para subir bastante la reserva de hierro (ferritina).

Lo mejor de este resultado, es que ya no estoy castigado!!!! Yeeeeeaaah!!! Rocanrol!!!
Que síiiii, que voy a ir con cuidado, que voy a seguir haciéndome mis controles y todo lo demás, pero me dio un subidón de alegría cuando vi esos resultados, sabiendo que ayer mismo por la tarde iba a darme una vuelta para probar cómo estaba este cuerpecito!

Calenté y estiré unos minutos antes de ponerme en marcha. En lugar de hacer la vuelta completa por el Puerto de la Torre como habitualmente, decidí bajar hacia la Caja Blanca y correr en llano por Torre Atalaya y Soliva. Bajando la cuesta me encontraba cómodo, y el primer km salió rapidillo (para lo que estaba siendo mi ritmo desde mediados de noviembre) y lo asocié con eso, con el tramo de 300 ó 400 metros cuesta abajo al comienzo. El siguiente km (ya en llano) iba igualmente muy cómodo, y me sorprendí al ver que salía aún más rápido que el primer km, y el tercero más! Decidí seguir manteniendo ese ritmo y ver si llegaba a completar 5 kms. Hace 4 semanas me resultaba imposible mantener durante varios kms un ritmo más rápido de 5:30/km, y no podía forzarme a subir la FC por encima de 155 ppm, mi cuerpo no me dejaba, no era capaz. Pues ayer hice 5 km a una media de 4:24/km, yendo a un ritmo ligerito pero sin sensación de ir "a tope", me resultaba fácil mantener el ritmo, corría muy cómodo, era una sensación fantástica, no me encontraba así desde el mes de septiembre por lo menos! No quise hacer más distancia a ese ritmo, porque llevaba más de un mes parado y soy consciente de que tengo que ir poquito a poco, pero por sensaciones, hubiera podido continuar sin problemas. Después de caminar unos segundos para bajar las pulsaciones, retomé un trote tranquilo y fácil otros 10 minutos (aunque terminé los últimos metros también con un pequeño esprint).
En resumen, me sentí de maravilla por volver a correr con confianza, sin cansancio, sin pesadez, con soltura, con libertad. Espectacular! Y hoy tengo unas ligeras agujetas que me recuerdan que ayer volví a calzarme mis zapatillas, benditas agujetas! :-D

Este fin de semana volveré a correr, ya a un ritmo más tranquilo, con la intención de acumular kilómetros. No voy a poder seguir el plan de entrenamientos que me hubiera gustado para afrontar la media maratón de Málaga el 10 de abril, pero espero poder disfrutar de la carrera, ya que además vamos a participar un buen grupo de amigos (muchos de ellos debutando en la distancia), va a ser un gran día!

Tirando hacia atrás unos meses, de carreras, entrenos, y sensaciones, me doy cuenta de que buena parte del cansancio y la pesadez que sentí a partir de octubre/noviembre (siendo más que evidente el día de la media maratón del Rincón de la Victoria), no eran simplemente por la exigencia del entrenamiento de la maratón, esos entrenos los estaba asimilando bastante bien, siguiendo correctamente el plan y cumpliendo con los días de descanso. Y en esos días ni siquiera me di cuenta que los culpables podían ser los antiinflamatorios que tomaba cuando me dolía la hernia de la espalda (incluso podría haberme ahorrado tomar ese veneno, porque el dolor podía ser soportable, como ahora mismo). La anemia fue a más, poco a poco, haciendo que mi cuerpo pareciera cansado, pesado. En parte, saber todo esto ahora, me abre una nueva "ilusión"... corrí la maratón con anemia! (qué animal)... de hecho, probablemente, los calambres que tuve desde el km 25-27 no sean simplemente achacables a una falta de sales minerales (no me tomé la cápsula que llevaba en el bolsillo por olvido, pero sí tomé agua, bebida isotónica, y plátanos durante todo el recorrido); lo mismo que el hecho de no poder llevar un ritmo más rápido de 5:30/km mantenido tampoco se debía simplemente a cansancio de los meses de entrenamiento. Debido a la anemia, mi cuerpo no se estaba oxigenando bien, y esa falta de oxígeno en los músculos, se hace evidente con los calambres. De hecho, en enero (cuando más fuerte estaba ya la anemia, y más bajo el nivel de hemoglobina y de hierro) tenía calambres en los gemelos incluso por la noche en casa, sin hacer nada!
¿Cómo convierto todas esas sensaciones horribles en energía positiva? Pues siendo consciente de que cuidando todo lo que he aprendido (a base de palos) durante 2015, este año puedo hacerlo mucho mejor. Ahora tengo ganas de volver a enfrentarme a esos 42,195 tan ilusionado como la primera vez, y con la experiencia y el aprendizaje de todo un año muy intenso, más lo que sea capaz de aprender este año. Allá voy!

Todos estos post en el blog me van a servir de memoria, de recordatorio, de voz de la conciencia. Y si además a alguien le pueden servir para sospechar por qué se encuentra así "de repente" y qué se puede hacer al respecto, pues genial.

Voy a terminar el mes de febrero con la mente en positivo y la ilusión a tope. Me alegro muchísimo de que por fin esté llegando a su fin esta #cuestiondeFe

No hay comentarios:

Publicar un comentario